Comer mucho o aprovechar una situación al máximo.
En el banquete de la boda había tantos langostinos que me puse las botas… y casi me pongo también las del novio.
Comer mucho o aprovechar una situación al máximo.
En el banquete de la boda había tantos langostinos que me puse las botas… y casi me pongo también las del novio.
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A escondidas, de manera furtiva o sin permiso. Algo que se hace de manera disimulada, intentando que no se note o que no te pillen.
El camarero entró en la cocina de extranjis para probar el postre antes de que lo sirvieran.
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Estar de muy mal humor, irritable o enfadado sin motivo aparente.
Hoy tiene un humor de perros, mejor no decirle nada.
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Sorprenderse mucho ante algo, tanto que provoca una inmovilidad física o mental. Suele usarse en conversaciones desenfadadas, normalmente conjugado con los verbos quedar(se) y estar.
He pillado a mi hermana y a mi primo-hermano besándose… TIESA.
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Alguien o algo a lo que le queda muy poco tiempo de existencia, vigencia o vida útil. Se usa tanto para personas (en tono humorístico o dramático) como para situaciones, proyectos o cosas que están a punto de terminar.
La empresa está en números rojos, le quedan dos telediarios.
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Tener contactos o influencias que permiten obtener ventajas, especialmente laborales o académicas.
Consiguió el puesto sin hacer una entrevista de trabajo… su padre es amigo del jefe, evidentemente lo han enchufado.
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Ser descarado, aprovecharse de los demás sin vergüenza o pedir cosas que no corresponden. Se usa para señalar una actitud abusiva o muy cómoda.
Tiene un morro increíble, llega tarde y encima quiere que lo esperemos.
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Estar distraído o lento de reflejos.
¡Despierta! Estás empanado y no te enteras de nada.
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Persona que se queda embobada, inmóvil o distraída, generalmente observando algo sin reaccionar. Se usa también para referirse a alguien torpe o poco espabilado.
Se quedó como un pasmarote mirando el escaparate, sin darse cuenta de que bloqueaba la entrada.
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Hablar demasiado o contar cosas que no debería.
Contó el secreto nada más se lo dijeron… qué lengua más larga tiene.
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Sufrir un ataque repentino (como un desmayo, un mareo o una crisis repentina). Utilizado para referirse a un susto físico inesperado.
Casi me da un jari al ver la factura de la luz.
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Sorprender a alguien justo en el momento en que está haciendo algo indebido: «Pillar con las manos en la masa».
La policía los pilló con las manos en la masa: justo cuando estaban sacando el dinero de la caja fuerte.
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