Persona de poca consistencia física o moral, usada de forma despectiva hacia alguien débil, deteriorado o sin carácter.
Hay que ser un piltrafa para dejarse convencer con esa tontería.
Complicar algo innecesariamente hasta causar el hastío de los demás.
Sólo le pregunté si quería carne o pescado, y acabó hablando de la dieta de los astronautas… siempre le busca los tres pies al gato.
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Persona que siempre ve el lado negativo o trae mala suerte.
No invites a Paco, es un cenizo y nos amarga la fiesta.
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Algo incuestionable, evidente, indiscutible, que no admite réplica ni excusa. Es como decir que una cosa es tan clara que no se puede “quitar el pepino”, de ahí la broma.
Es impepinable que si no estudias no aprobarás el examen.
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Persona que come demasiado, con avidez o sin moderación. Proviene de zampar (comer con ansia) + bollo (panecillo o dulce), lo que refuerza la idea de alguien que devora bollos u otros alimentos sin medida.
En la fiesta había un par de zampabollos que se acabaron todos los pasteles en un abrir y cerrar de ojos
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Estar loco o comportarse de manera muy excéntrica.
Mi primo se puso a bailar flamenco en medio del supermercado… está como una cabra.
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Persona considerada embustera, charlatana, tramposa o poco fiable, alguien que habla mucho pero con engaños o exageraciones, y que no merece confianza. Se utiliza de forma despectiva. Es similar en significado a cantamañanas.
Siempre anda con historias inventadas, es un auténtico trápalas.
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Estar en una mala situación económica o emocional.
Desde que perdió el trabajo, está en la B.
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Palabra utilizada de forma afectuosa, cercana y familiar para dirigirse a alguien. Funciona como un apelativo cariñoso, similar a “amigo”, “compañero”, “cariño” o “colega”, dependiendo del contexto.
Literalmente, “chato” significa “de nariz aplastada o poco prominente”. Con el tiempo, este rasgo físico se convirtió en un apodo, y de ahí pasó a usarse como mote cariñoso o informal.
Anda, chato, no te preocupes, que todo se arregla.
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Asumir las consecuencias o la culpa de algo que uno no ha hecho, o sufrir un castigo injusto.
Proviene de la persecución a los judíos en la España medieval. Se les obligaba a pagar un impuesto llamado “pato”, y con el tiempo la expresión pasó a significar cargar con la culpa o las consecuencias.
Siempre pago el pato de los errores de los demás.
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Persona que resulta extremadamente molesta, insistente o repetitiva, hasta el punto de agotar la paciencia de los demás. La imagen de “una vaca en brazos” transmite algo incómodo, difícil de sostener y que se hace interminable.
Mi primo es más pesado que una vaca en brazos, siempre me cuenta la misma historia diez veces.
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Estar muy cansado o agotado. También puede referirse a un estado emocional muy negativo.
Estoy hecho polvo, ni un día de vacaciones en año y medio.
Él está hecho polvo tras el fallecimiento de su padre.
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Presumir, alardear o desafiar a alguien con actitud de superioridad.
Allí está fronteando con su coche nuevo… sí sí ya te vimos.
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Ser muy travieso, inquieto o potencialmente problemático.
Ese niño tiene más peligro que una piraña en un bidé, no para quieto.
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