Expresión empleada para señalar algo que tiene un precio excesivamente alto, tanto que resulta casi inalcanzable o desproporcionado respecto al valor que ofrece.
Reparar el coche me costó un ojo de la cara, casi tanto como comprar uno nuevo.
Expresión empleada para señalar algo que tiene un precio excesivamente alto, tanto que resulta casi inalcanzable o desproporcionado respecto al valor que ofrece.
Reparar el coche me costó un ojo de la cara, casi tanto como comprar uno nuevo.
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Se usa para expresar desenfado, despreocupación o falta de seriedad. Se aplica cuando alguien actúa con exceso de libertad, sin reglas ni orden. También puede usarse de forma irónica para señalar un ambiente caótico, desorganizado o donde cada cual hace lo que quiere.
La expresión tiene origen histórico: se popularizó en el siglo XIX en España, vinculada a la Constitución de Cádiz de 1812, conocida como “La Pepa” (porque fue promulgada el día de San José, 19 de marzo). Al gritar “¡Viva la Pepa!”, la gente celebraba la nueva Constitución y con el tiempo la frase pasó a significar desorden o jolgorio.
Se fue de viaje sin plan ni reservas, hala, viva la Pepa.
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Se emplea para criticar la desorganización o el exceso de personas trabajando en algo sencillo, generando más ruido y confusión que eficacia. Señala la falta de coordinación en tareas colectivas.
El departamento de comunicación del ayuntamiento es tráfago de artillón, siete obreros para un peón.
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Realizar una acción engañosa o tramposa con la intención de perjudicar o aprovecharse de alguien, generalmente de forma inesperada y con cierta astucia.
Me prometió durante semanas que me guardaría la entrada para el concierto pero al final se la vendió a otro… me hizo la 13-14.
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Persona torpe, especialmente haciendo cosas con las manos.
No le dejes montar la estantería, es un manazas y la va a liar.
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Algo muy fácil de hacer o de conseguir, tanto como comer pan, una actividad muy simple y cotidiana que apenas requiere esfuerzo.
Resolver ese error de código es pan comido para un programador experimentado como yo.
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Estar atento para intervenir o ayudar en el momento oportuno.
En una rato paso a recogerte, te haré una llamada perdida cuando esté en tu puerta. Estate al quite.
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Lanzar indirectas o críticas, especialmente entre influencers o artistas.
Ojalá Rosalía tirando beef a Rauw Alejandro en una de sus nuevas canciones.
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Utilizado para describir un espacio físico o simbólico donde hay libertad de acción, sin obstáculos ni límites. También suele implicar despreocupación o ausencia de normas estrictas.
Proviene de la geografía de la región de Castilla, en España, caracterizada por sus vastas llanuras abiertas.
Desde que se fue el jefe, nadie hace nada: esto es anchas Castilla.
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Activarse, esforzarse más.
Si no te pones las pilas, vas a suspender la asignatura.
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Sorprenderse mucho ante algo, tanto que provoca una inmovilidad física o mental. Suele usarse en conversaciones desenfadadas, normalmente conjugado con los verbos quedar(se) y estar.
He pillado a mi hermana y a mi primo-hermano besándose… TIESA.
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Persona que adula excesivamente a alguien, especialmente a superiores.
No me extraña que sea la única persona de esta empresa a la que han ascendido en cinco años, es un pelota.
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Alguien o algo a lo que le queda muy poco tiempo de existencia, vigencia o vida útil. Se usa tanto para personas (en tono humorístico o dramático) como para situaciones, proyectos o cosas que están a punto de terminar.
La empresa está en números rojos, le quedan dos telediarios.
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