Estar preocupado, confundido u obsesionado con algo.
Estoy rayado con la contestación que me dio ayer, no paro de pensarlo.
Tener un día muy malo, lleno de problemas, imprevistos o malestar.
Se me ha roto el coche, he perdido el móvil y se me ha cagado una paloma en el abrigo… estoy teniendo un día de perros.
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Defecar. Se utiliza en tono jocoso o vulgar, evitando nombrar directamente la acción fisiológica.
Espera un momento, que voy a plantar un pino detrás de los arbustos.
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Estar en una mala situación económica o emocional.
Desde que perdió el trabajo, está en la B.
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Persona que arruina la diversión o el entusiasmo de los demás.
Estábamos celebrando y él empezó a quejarse de todo… qué aguafiestas.
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Ser muy atractivo físicamente. Similar a «Estar como un tren».
Ese modelo está como un queso, y lo mejor es que lo seguí en Instagram y me dio follow de vuelta.
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Mantener una postura firme, no ceder ni admitir que uno está equivocado, incluso ante evidencia.
Aunque todos le dijeron que se había equivocado y debía dimitir, no dio su brazo a torcer.
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Formarse un gran alboroto o pelea.
A mi abuela le cambias el canal mientras ve su telenovela y te arma la de San Quintín.
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Algo que parece interminable, tedioso o aburrido. El simil con un “día sin pan” evoca una jornada dura, pesada y sin lo básico para sobrellevarla.
La clase del lunes fue más larga que un día sin pan, el profesor hablaba y hablaba y el timbre no sonaba.
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Se dice de alguien que no trabaja nada, que es muy vago o que evita cualquier esfuerzo.
Su origen viene del mundo marinero. El “palo” hacía referencia al remo, y se decía de quienes no ayudaban a remar ni trabajaban.
No da palo al agua, siempre se escaquea.
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Estar completamente desorientado, sin saber qué hacer ni dónde se está; o estar en una situación muy comprometida.
El origen de la frase se remonta a un personaje literario del siglo XIX, Carracuca, un hombre al que le sucedían todo tipo de infortunios y situaciones angustiosas.
Con el mapa manchado de barro y el móvil sin batería estábamos más perdidos que Carracuca.
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Estar distraído, ausente o pensando en otra cosa, sin prestar atención a lo que ocurre alrededor.
Le expliqué tres veces cómo funciona el mando y seguía en Babia mirando al techo.
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Asumir las consecuencias o la culpa de algo que uno no ha hecho, o sufrir un castigo injusto.
Proviene de la persecución a los judíos en la España medieval. Se les obligaba a pagar un impuesto llamado “pato”, y con el tiempo la expresión pasó a significar cargar con la culpa o las consecuencias.
Siempre pago el pato de los errores de los demás.
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Tener muy poca vergüenza, hacer las cosas sin que te importe la opinión de los demás.
Es el tercer sábado seguido que le pago la cena, esta vez dijo que se había olvidado la cartera en casa. Tiene más cara que espalda.
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