Salir perjudicado por una acción imprudente.
Firmaste el contrato sin leerlo bien, ahí te pillaste los dedos.
Salir perjudicado por una acción imprudente.
Firmaste el contrato sin leerlo bien, ahí te pillaste los dedos.
Por
Presumir, alardear o desafiar a alguien con actitud de superioridad.
Allí está fronteando con su coche nuevo… sí sí ya te vimos.
Por
Tener contactos o influencias que permiten obtener ventajas, especialmente laborales o académicas.
Consiguió el puesto sin hacer una entrevista de trabajo… su padre es amigo del jefe, evidentemente lo han enchufado.
Por
Algo que parece interminable, tedioso o aburrido. El simil con un “día sin pan” evoca una jornada dura, pesada y sin lo básico para sobrellevarla.
La clase del lunes fue más larga que un día sin pan, el profesor hablaba y hablaba y el timbre no sonaba.
Por
Persona considerada poco seria, irresponsable, fantasiosa o que promete cosas que nunca cumple. Se aplica a alguien que habla mucho pero no respalda sus palabras con hechos, alguien que no merece confianza.
No hagas caso a Juan, es un cantamañanas que siempre dice que va a montar un negocio y nunca hace nada.
Por
Asumir las consecuencias o la culpa de algo que uno no ha hecho, o sufrir un castigo injusto.
Proviene de la persecución a los judíos en la España medieval. Se les obligaba a pagar un impuesto llamado “pato”, y con el tiempo la expresión pasó a significar cargar con la culpa o las consecuencias.
Siempre pago el pato de los errores de los demás.
Por
Sentir vergüenza o pereza de hacer algo.
Me da palo ir a su cumpleaños, pero sé que tengo que hacerlo.
Por
Terminar una relación o dejar de hablar con alguien sin explicación, desapareciendo por completo.
Después de nuestra cita, hizo ghosting y nunca más respondió mis mensajes.
Por
Ir muy despacio; tanto que causa estupor.
¿Cómo le han podido contratar de cajero en un supermercado si calcula los cambios a paso de tortuga?
Por
Hablar de cosas secundarias o irrelevantes, evitando el tema principal.
El tribunal le preguntó por su falta de concreción en el artículo, pero él se fue por las ramas y empezó a hablar del capitalismo opresor.
Por
Estar distraído, ausente o pensando en otra cosa, sin prestar atención a lo que ocurre alrededor.
Le expliqué tres veces cómo funciona el mando y seguía en Babia mirando al techo.
Por
No es el animal, sino que metafóricamente se utiliza para expresar que alguien es muy sucio o grosero.
Meó y seguidamente se limpió las manos en el pantalón, ¡vaya cerdo!
En ese hotel de cinco estrellas desayunamos como cerdos.
Por
Se usa para expresar desenfado, despreocupación o falta de seriedad. Se aplica cuando alguien actúa con exceso de libertad, sin reglas ni orden. También puede usarse de forma irónica para señalar un ambiente caótico, desorganizado o donde cada cual hace lo que quiere.
La expresión tiene origen histórico: se popularizó en el siglo XIX en España, vinculada a la Constitución de Cádiz de 1812, conocida como “La Pepa” (porque fue promulgada el día de San José, 19 de marzo). Al gritar “¡Viva la Pepa!”, la gente celebraba la nueva Constitución y con el tiempo la frase pasó a significar desorden o jolgorio.
Se fue de viaje sin plan ni reservas, hala, viva la Pepa.
Por
Palabra utilizada de forma afectuosa, cercana y familiar para dirigirse a alguien. Funciona como un apelativo cariñoso, similar a “amigo”, “compañero”, “cariño” o “colega”, dependiendo del contexto.
Literalmente, “chato” significa “de nariz aplastada o poco prominente”. Con el tiempo, este rasgo físico se convirtió en un apodo, y de ahí pasó a usarse como mote cariñoso o informal.
Anda, chato, no te preocupes, que todo se arregla.
Por