Persona que siempre ve el lado negativo o trae mala suerte.
No invites a Paco, es un cenizo y nos amarga la fiesta.
Persona que siempre ve el lado negativo o trae mala suerte.
No invites a Paco, es un cenizo y nos amarga la fiesta.
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Ser muy exagerado o inventarse excusas constantemente. Variante de «tener más cuento que Calleja».
Dice que no vino porque se le cayó el móvil en la ducha… tiene más cuento que Andersen.
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Persona con mucho poder, influencia o dinero en un ámbito determinado. Se usa para referirse a alguien importante.
Ese cliente es un pez gordo del mundo de las finanzas, hay que tratarlo con cuidado.
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Forma cariñosa de llamar a otra persona, aunque puede usarse en un tono irónico o en un contexto de recriminación. Deriva de la palabra ‘amor’.
Morch son las siete de la mañana y ya me estás contando tus dramas.
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Ser muy travieso, inquieto o potencialmente problemático.
Ese niño tiene más peligro que una piraña en un bidé, no para quieto.
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Molestar o fastidiar insistentemente.
Mi hermano me dio la lata toda la tarde con sus preguntas.
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Estar involucrado en lo que está pasando, especialmente en situaciones importantes o competitivas. Se usa para decir que alguien está en el centro de la acción.
Con ese resultado, el equipo sigue en la pomada por el título.
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Palabra utilizada de forma afectuosa, cercana y familiar para dirigirse a alguien. Funciona como un apelativo cariñoso, similar a “amigo”, “compañero”, “cariño” o “colega”, dependiendo del contexto.
Literalmente, “chato” significa “de nariz aplastada o poco prominente”. Con el tiempo, este rasgo físico se convirtió en un apodo, y de ahí pasó a usarse como mote cariñoso o informal.
Anda, chato, no te preocupes, que todo se arregla.
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Estar cansado, enfermo o sin energía para afrontar tareas exigentes.
Desde de la operación del coxis no estoy para muchos trotes.
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Sentir vergüenza o pereza de hacer algo.
Me da palo ir a su cumpleaños, pero sé que tengo que hacerlo.
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Algo que parece interminable, tedioso o aburrido. El simil con un “día sin pan” evoca una jornada dura, pesada y sin lo básico para sobrellevarla.
La clase del lunes fue más larga que un día sin pan, el profesor hablaba y hablaba y el timbre no sonaba.
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Alabarse a uno mismo, destacar sus propios méritos o cualidades. Se usa cuando alguien presume de lo que ha hecho o exagera sus logros para quedar bien ante los demás.
No quiero echarme flores, pero el proyecto salió perfecto gracias a mi contribución.
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